Los huevos son una rica fuente de proteína, por lo que los nutricionistas concuerdan en que son un excelente sustituto de las carnes. Son un alimento que puede disfrutarse de distintas formas, ya sea cocido, frito, en ensalada y con distintas mezclas. Sin embargo, hay personas que lavan muy bien la cáscara antes de guardarlos en su casa, pues creen que así todo estará más limpio y saludable, pero es lo contrario: lavar los huevos antes de cocinarlos es un peligro para la salud.
Al lavar los huevos, todas las bacterias que tiene en la cáscara pueden extenderse a distintas partes de la cocina, entre éstas, la salmonella, y por tanto, a otros alimentos que se manipulen en este espacio.
“Es fundamental no lavarlos, ya que de este modo podrían vehiculizarse posibles bacterias de la cáscara al interior, tales como salmonela, que es un patógeno alimentario”, explicó Amparo Gamero Lluna, profesora colaboradora del máster universitario de Nutrición y Salud de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), según reseñó El Español.
Detalló además que al lavar los huevos, se le quita a la cáscara la película protectora o película proteica que previene que las bacterias penetren.
Los huevos y más puntos importantes sobre su lavado
El Confidencial presentó el parte de la experta Any Leigh Mercree, quien indicó que los huevos no deben lavarse porque como la cáscara es porosa, al hacerlo, el agua empujara todas las bacterias hacia adentro. El daño es peor si es agua fría.
A continuación presentamos varios expuestos en este medio sobre por qué no hay que lavar los huevos:
-La cutícula protectora: los huevos tienen una capa natural llamada cutícula, que se forma durante el proceso de formación de la cáscara. Esta cutícula actúa como una barrera protectora contra bacterias y microorganismos. Al lavarlos, eliminamos esta capa, dejando la cáscara más vulnerable a la contaminación.
-Riesgo de contaminación cruzada: al lavar los huevos, existe la posibilidad de dispersar bacterias presentes en la cáscara hacia otras superficies de la cocina, como utensilios y encimeras, esto aumenta las probabilidades de contaminar otros alimentos o áreas de preparación.
-Aceite mineral comestible: después de lavar los huevos, se aplica una película de aceite mineral comestible en la superficie. Esta película reemplaza la cutícula y ayuda a proteger el huevo de posibles bacterias. Sin embargo, es preferible no lavarlos en primer lugar.
En resumen, no laves los huevos antes de cocinarlos. Si decides hacerlo, utiliza agua tibia y evita el jabón, aunque es mejor que si los has comprado en un supermercado, los dejes como están para mantener las bacterias donde realmente pertenecen.
Así que la próxima vez que prepares tus huevos, recuerda mantener esa valiosa cutícula intacta y disfruta de tus platillos sin preocupaciones.
FUENTE: Msn.com
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